Christ: The Living Water 3/4
Today’s first reading (Exodus 17:3-7) brings to light the weariness and complaint of the Israelites against God and Moses as they yearn for water to drink. Despite their sin of despair, their thirst was quenched by God through the waters from the rock at Massah and Meribah. However, the Israelites were thirsty again.
The gospel reading presents Christ’s encounter with the Samaritan woman, an encounter that reveals Him as the well/source of the living water that will forever quench all thirsts. The gospel puts it this way: “whoever drinks the water I shall give will never thirst; the water I shall give will become in him a spring of water welling up to eternal life" (John 4:14).
All of us, like the woman of Samaria, thirst for the living water, and Jesus is ready to quench our thirst. Today, we are enjoined to review our lives before our savior Jesus Christ just as the Samaritan woman did, and lay bare before God whatever faults, weaknesses and hidden wounds that might prevent us from drinking from the well of living water.
--Fr. Anthony Ahamefule
El Agua Viva 3/4
La primera lectura de hoy saca a la luz tanto el cansancio de los israelitas, como sus quejas contra Dios y contra Moises, pues tienen mucho deseo de tomar agua. A pesar de su desesperacion, Dios sacia su sed a traves de las aguas de la roca de Masa y Meriba. Sin embargo, los israelitas vuelven otra vez a tener sed.
La lectura del evangelio nos presenta a Jesus en su encuentro con la mujer samaritana, encuentro que lo revela como Aquel que es el pozo y la fuente de agua viva, que puede saciar la sed de cualquiera que tiene sed. El evangelio lo senala asi: "...el que beba del agua que yo le dare, nunca mas tendra sed; el agua que yo le dare se convertira dentro de el en un manantial capaz de dar la vida eterna" (Juan, 4:14).
Todos nosotros, como la mujer samaritana, tenemos sed de agua viva, y Jesus esta dispuesto a saciar esa sed. Hoy, se nos invita a revisar nuestras vidas ante nuestro Salvador Jesucristo, tal como lo hizo la mujer samaritana, y exponerle toda falta, debilidad y herida escondida, pues estas son precisamente las que pueden impedirnos tomar de la fuente de agua viva.
--Padre Anthony Ahamefule