Obedience to God 3/13
When I turned 17, I started working in a clothing and shoe store. The pay I was offered was either $20 per day or the equivalent in articles from the store (without the markup). My father told me I would have to share some of my earnings with my mother, and at first that bothered me a lot. It was hard, but I did it out of obedience. As time went on, I realized that I really enjoyed bringing gifts to my mother, and continue to like doing so to this day. I wonder how things would be different for me today if I had not obeyed my father.
In today's gospel reading, we learn that God’s intention for us is to bring about healing and give us life. Jesus made this intention visible through his works of healing. In other words, God’s intention and Jesus’ works are inseparable. He works in obedience to the Father. His obedience cost him his life. For he basically signed his own death warrant by healing on the sabbath.
Just as God’s intention became manifest through Jesus, he listens to us whenever we call on him. For his mercy for us is immense. Scripture compares it to a mother's love for her child: even if we should lose that mother's love, God would be there to compensate for our loss.
--Maria Ruvalcaba
Obediencia a Dios 3/14
A mis 17 años empecé a trabajar en una tienda de ropa y zapatería se me ofreció $20.00 dólares al día en efectivo, pero si quería artículos a cambio no paga alguna diferencia. Mi papá me pidió que tendría que compartir con mi mamá. Esto no me gustó nada, al principio me costó, pero lo hice por obedecer. Con el tiempo encontré agradó regalarle cosas a mi mamá. Hasta es día de Hoy le doy con gusto. Me pregunto qué habría sido de mi si no hubiera hecho caso a mi papá.
En el Evangelio de hoy, aprendemos que del propósito de Dios hacia nosotros es sanarnos y darnos vida. Jesús hizo esta intención visible a través de sanaciones. En otras palabras, el propósito de Dios y las obras de Jesús son inseparables. Trabaja en obediencia al Padre. Su obediencia le costó la vida. Jesús básicamente firmó su sentencia de muerte al sanar en sábado.
Así como del propósito de Dios se manifiesto a través de Jesús, Él nos escucha cuando lo llamamos. Su misericordia hacia nosotros es inmensa. Las escrituras comparan ese amor con el amor de una madre por su hijo: aunque perdiéramos el amor de esa madre, Dios estaría allí para compensar nuestra pérdida.
--Maria Ruvalcaba